El acuerdo de A.P. un juramento al cinismo, en nombre de la sinceridad moral
La semana anterior, la Dirección
Nacional de Alianza País presentó a la
sociedad un comunicado de resoluciones frente a su gobierno. Es importante analizar el documento para saber qué
mismo quieren decir.
En la parte de los considerandos
plantean que por justicia y por verdad las transformaciones de estos 10 años
deben ser respetadas y reconocidas. Más allá de la retórica revolucionaria,
seguramente exigen reconocer y respetar la ilegítima consulta popular con la
cual subordinaron la justicia a los intereses gubernamentales, las reformas constitucionales
con las cuales aseguraron la reelección indefinida de su caudillo, su quinto
poder con el que asaltaron todas las funciones del Estado, el enriquecimiento
escandaloso de ciertas empresas aliadas y ciertos funcionarios leales, la
ampliación de la frontera extractiva, la criminalización de la protesta social,
la persecución a la disidencia política, la firma del Acuerdo Comercial con la
Europa, la deuda externa incrementada durante su gobierno, el debilitamiento de
la seguridad social, etc.
Dicen que A.P mantiene su respeto
a la democracia, se entiende a la representativa que ellos controlan y que los
llevó a un nuevo triunfo el 2 de abril.
Está claro que no les interesa respetar otras formas de democracia, menos aún
la directa que les disputa el poder concentrado con el cual gobernaron estos 10
años. Se acostumbraron a tener un CNE que dicte las reglas del juego
democrático donde se aseguraban el triunfo. Lo que no sospecharon, más allá de
su maquiavelismo político, con el cual se criminalizó y persiguió a la
sociedad, es que el “mal” no estaba fuera de A.P. sino dentro. No sospecharon
que su candidato, hoy presidente, podía tener pensamiento propio (no importa
cuál pero propio), quizá porque la mayoría que hoy firma este acuerdo nunca lo
tuvieron.
Hablan de la existencia de una
presión ilegítima por imponer una agenda de los poderes oligárquicos, la banca
y los grupos políticos de oposición. Al parecer la presión de las corporaciones
extractivas, particularmente de las de origen chino, la de las empresas constructoras chinas
y brasileñas, la de los grupos
económicos nacionales que crecieron en su gobierno, la de la banca ecuatoriana
que fue la que más ganó en la década ganada, era una presión legítima y quizá
por eso la presión se hizo agenda del gobierno correísta.
Dicen que la presión se orienta a
provocar un retroceso social y económico, la desestabilidad política y a
trastocar la institucionalidad constitucional y volver a las viejas formas de
la partidocracia. Aunque, la voracidad de los “ganadores” siempre puede hacer
retroceder los derechos sociales y económicos de la sociedad, en su década
ganada ya lograron que retrocedieran muchos derechos económicos, sociales y
sobre todo culturales. Justamente la estabilidad política de la que tanto se
jactan se explica en gran parte en el retroceso de derechos civiles de la
sociedad, sobre todo lo que tiene que ver con la libre asociación, la
disidencia política, la libertad de comunicación, etc. En aquello de que regresen las viejas formas
de la partidocracia puede que tengan razón, pues en su década todos los grupos
de la partidocracia quedaron resumidos en Alianza País y en sus prácticas
políticas monolíticas poco o nada éticas. Valga decir que en la época ganada,
las prácticas de la partidocracia fueron corregidas y mejoradas para el control
total de la sociedad.
Con estas consideraciones
resuelven lo siguiente:
1. Rechazar
y exigir el cese de descalificativos infundados que atentan contra la dignidad
de la militancia de PAIS, vengan de donde vengan, ahí se incluye a miembros de
su propio movimiento empezando por el Presidente. Es graciosos por decir lo
menos esta resolución, se pasaron una década
descalificando a cualquier ciudadano o grupo social que se atreviera a
criticar a su gobierno. De hecho, impusieron un patíbulo público los sábados
para sacrificar cada semana a los “sacrílegos que osaban hablar mal de su
revolución”. Nunca les importó si eran pueblos ancestrales, campesinos, mujeres,
diversidades sexuales a quienes el mundo les reconoce merecedores de una
justicia histórica. Menos le importó si el sujeto de sus insultos descalificaciones
y humillaciones eran periodistas, profesores universitarios, jóvenes
estudiantes, cantautores, artistas, etc. Respaldados y protegidos por el primer
insultador y descalificador del país, su líder máximo, hacían de las suyas
denigrando a quién podían. Hoy que su propio compañero de movimiento y actual
Presidente señala ciertas características de los militantes de PAIS, como
aquello de “ovejunos” y advierte comportamientos políticos de los
“revolucionarios” que más se parecen a los de las mafias, se sienten
heridos. Lo interesante de este viraje
es que el señalamiento no viene de la “izquierda infantil”, “los ponchos
dorados”, “las histéricas”, “el asambleísta de oposición”, “el periodista
mediocre”, viene nada menos que de su Presidente, al que no puede insultar,
perseguir, juzgar, encarcelar, destruirle social y económicamente, imponerle
sanciones económicas por su honor
mancillado, etc.
2. Convocar
a toda la militancia de PAIS a construir el plan de acción política. Es más que
obvio que se viene al interior de sus
filas una disputa abierta por consolidar fuerzas en contra del “traidor”. Visto
de lejos esta resolución es positiva para el movimiento, al fin pueden discutir
abiertamente las fracciones internas sin el miedo de que su líder máximo los
mande a callar. Esperemos que recuperen la razón y puedan hacerlo de manera
coherente y no desaten una guerra a muerte por la defensa de su revolución frente a los otros revolucionarios de su partido.
Sería lamentable para ellos que esta convocatoria de construir la acción
política no sea, en el mejor de los casos, más que una política de purgas al
mejor estilo stalinista y, en el peor escenario, una cacería de brujas en la tradición de los capos.
3. Los
reconocimientos a los militantes Patiño y compañía y al vicepresidente en su
cruzada por mostrar su inocencia que todos dicen conocer pero nadie realmente
cree, es solo parte de la retórica revolucionaria que aprendieron en estos años
y que no tienen substancia alguna.
4. Resuelve
respaldar la consulta popular de la que habla su Presidente, siempre y cuando
se oriente a ampliar derechos, justicia social e igualdad de oportunidades…
Exactamente como hicieron la consulta que reestructuró la justicia para ser
manejada a su antojo, o como manejaron el pedido de consulta en el tema Yasuní,
o como reformaron la Constitución a su favor. Apoyan la consulta popular siempre y cuando se
la haga como las consultas que manejaron en su década ganada, es decir cuando éstas
aseguren su estadía en el poder del Estado y los privilegios que ésta conlleva.
Amenazan con una nueva Constituyente, quizá habría que apoyar esta idea para ver si se logra desmontar el Estado
centralizado al servicio del capital, que construyeron.
5. Condena
la doble moral de la banca privada que antes se opuso al dinero electrónico y
ahora lo aprueba cuando ellos lo van a manejar. Apoyo total a esta resolución
con un agregado. Hay que condenar la doble moral de PAIS cuando se pasa
descalificando a la banca privada con la cual gobernó en su década ganada. Lo
que ha hecho su nuevo presidente es dejar de ser doble moral y hacer de frente
los acuerdos con la banca que su anterior presidente los hacía bajo mesa. Este
mismo agregado vale para aquello del diálogo productivo y tributario en lo
referente a: eliminación del impuesto a la salida de capital, conjuntamente con
esta preocupación debería preocuparse de que todo el capital que en su década corrupta
robaron a la sociedad retorne al país, así como todos el capital que salió por
efecto de los sobreprecios de los contratos públicos. Sobre detener la
flexibilización laboral que implica pérdida de derechos laborales, correcto!
pero hay que decirles a los revolucionarios
que se tiene que eliminar todas la formas maquilladas de flexibilización
laboral y de explotación laboral que se inventaron en su década, y las
eufemismos técnicos y estadísticos con los que las ocultan, como aquello de
trabajo inadecuado.
6. Sería
bueno que en su acto de sinceridad moral
aprueben en la Asamblea la subida de dos puntos porcentuales al impuesto a la
renta a los grandes grupos económicos que hicieron feria en su gobierno de la
década ganada. Por la defensa de los derechos de los trabajadores hay que ver cuánto
resuelven en enero subir el salario. En este sinceramiento moral que predican
deben pronunciarse sobre el
endeudamiento externo que incrementaron, por el despilfarro de la riqueza
social durante su década ganada, por la corrupción obscena que promovieron, por
la ampliación de la frontera extractiva que impulsaron en estos diez años y que
provocó destrucción de la naturaleza y de los territorios de los pueblos. Tanto
que defienden la economía popular y solidaria deben decir algo por la firma del Acuerdo de Libre Comercio con
la Comunidad Económica Europea y las consecuencias obvias que va a tener en la
economía popular y campesina; por qué no dicen nada sobre la deuda con la
economía campesina por estos diez año de abandono. Y si seguimos combatiendo la
doble moral, ya deben aclarar su apoyo al Plan Familia Ecuador, su sometimiento
y apoyo a la violencia machista de su líder máximo, su respaldo y complicidad
con la penalización del aborto y la criminalización de miles de mujeres.
Por supuesto que de esto mejor no
hablan, siempre han hablado de lo que les conviene no de lo que realmente le
preocupa a la sociedad. Ahora han decidido entrar en una cruzada por la defensa
de la “revolución”, la misma que tiene
al enemigo adentro y ya no afuera. Cuando el chivo expiatorio se introduce en
la totalidad simbólica ya no sirve como cohesionador de la misma. Ya no pueden concentrar el mal por
fuera de su movimiento y por lo tanto su debacle ha empezado.
Es entonces hora de la sociedad
para que se haga las preguntas que debe contestar en una consulta, realmente
popular, sobre qué es lo que hay que cambiar de esta década y de su
institucionalidad estatal. Por ejemplo que hacer con el tema del extractivismo,
cómo afrontar la deuda, cómo afrontar la crisis, quién debe asumirla, además de
echar abajo la institucionalidad de la corrupción, el saqueo, el encubrimiento,
los chantajes, el amedrentamiento, el machismo, el autoritarismo, los
privilegios y demás derechos de A.P.
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