domingo, 15 de septiembre de 2013

Estado Frankenstein, el monstruoso político del Siglo XXI

Estado Frankenstein, el monstruoso político del Siglo XXI





América Latina entró al siglo XXI con la presencia de lo que se han denominado los gobiernos progresistas. Después de tres décadas de gobiernos neoliberales y de intensas luchas sociales en contra de la aplicación de la política económica emanada por el Consenso de Washington, se abrió una nueva época en América Latina. La resistencia popular desplegada en contra de la aplicación del neoliberalismo hizo posible que grupos políticos, cercanos a los movimientos sociales, conquisten la administración del Estado  recogiendo en sus ofertas de gobierno gran parte de las demandas populares. Este hecho creo la ilusión de que se abrían las puertas hacia un proceso de cambio social. Pasada más de una década del poder político de los gobiernos progresistas lo que tenemos es una consolidación del capitalismo en la región.

Resulta que, lo que los gobiernos neoliberales no lograron implantar en la región (ampliación del marco mercantil, reprimarización  de la economía, modernización del capitalismo en función de sus nuevas articulaciones a nivel mundial, control ideológico de la población, autoritarismo legalizado) lo están logrando los gobiernos progresistas con un usurpado y falso discurso de izquierda. Esta constatación dibuja un nuevo patrón de poder hegemónico capitalista en la región que intenta encubrir las nuevas formas de la contradicción social y principalmente la contradicción civilizatoria.

martes, 3 de septiembre de 2013

El Interés General: combatir la pobreza
Un argumento tramposo, para acabar con la Iniciativa Yasuní ITT


La decisión gubernamental de acabar con la Iniciativa Yasuní ITT (la misma que buscaba dejar el petróleo bajo tierra y que abría el debate mundial de la necesidad de transitar a un mundo,  no solo pospetrolero sino poscapitalista) es sostenida con el argumento de que es un asunto de interés general, pues  las divisas que se obtengan de la explotación servirán para combatir  la pobreza en el país.  

El argumento presentado por el Gobierno es doblemente tramposo. Tramposo desde un análisis crítico de la economía política capitalista y tramposo desde un análisis crítico del marco jurídico político burgués.