El periodista develando la perversión del poder
La última entrevista realizada al presidente de la República, por el periodista
Andrés Carrión, evidencia de forma nítida el tipo de poder que ha gobernado en estos
últimos 10 años el país. La actitud prepotente y cínica del funcionario público puso de manifiesto en su desfigurado
rostro la faz desfigurada de la política y la democracia ecuatoriana.
La política, entendida como el espacio interhumano en el cual se debaten
los asuntos de interés compartido y se proyecta
el destino común, tiene que permitir relaciones de reconocimiento
intersubjetivo que afirmen la identidad
del ser social como ser de lenguaje y comunicación. Es bueno recordar
esto, de lo contrario ayudamos a naturalizar la pervertida práctica política por
la cual los seres humanos se denigran en su condición de seres de razón y entendimiento.
De seguro, es esta corrupción la causa
de que la población y especialmente la juventud rechace la política, con lo cual
también contribuye a que su perversión se
profundice y amplíe.
Durante la última década, A. PAIS impuso como política de gobierno el
menosprecio sistemático a la sociedad en
general y a su expresión crítica en particular. Esta política del menosprecio a la sociedad se
ha operacionalizado a través de: 1. la concentración y fortalecimiento extremo del
poder Estatal en detrimento de la
organización política autónoma de la sociedad civil. 2. La reducción
de todos los poderes del Estado al control del poder Ejecutivo y de éste al
poder personal del Presidente. 3. La cooptación por el Ejecutivo de todos los órganos
de control del Estado. Toda esta concentración del poder político, a su vez,
está al servicio de la acumulación de capital regional y mundial.
Esta absoluta concentración del
poder estatal es en sí misma un movimiento de menosprecio de la sociedad, el
que se ha hecho nítido en el humillación cotidiana y sistemática a pueblos y organizaciones indígena-campesinas,
ecologistas, periodista, estudiantes, mujeres, trabajadores, médicos, profesoras,
etc.
¿Qué significa este menosprecio gubernamental en contra de la sociedad y
cuáles son sus consecuencias?
Significa no reconocer a la sociedad, no a la sociedad abstracta de la
que se han valido para su publicidad política en su gastada frase “La patria es de todos”,
sino a la sociedad concreta, aquella que se expresa en sus organizaciones políticas,
culturales, ideológicas y en sus
individualidades. La política del menosprecio impulsada por el gobierno de A.
PAIS se ejecuta de tres formas:
A nivel práctico, el Estatal/presidente de manera violenta limita la
libre disposición de los cuerpos de la resistencia, a través de la criminalización de la lucha social. Esta
humillación arrebata a los integrantes de la sociedad su estatuto de personas.
A nivel jurídico, el Estado/presidente
sustrae sistemáticamente determinados derechos a la sociedad, a través de leyes
que violan derechos humanos. La desposesión jurídica que suspende a los miembros de la sociedad su estatuto
de sujeto de derechos, moralmente igual y
plenamente valiosos.
A nivel ético, el Estado/presidente desvaloriza formas de vida
individual y colectiva, a través de la injuria y deshonra sistemática ventilada
de manera pública. El menosprecio ético usurpa
a los ecuatorianos la valoración social, que sus culturas, han otorgado a sus autorrealizaciones.
La política del menosprecio impulsada y ejecutada por el gobierno de A.
PAIS amenaza con: Provocar una lesión
fundamental asociada con el sentimiento
de estar indefensos frente a la voluntad del poder total del Estado. La pérdida de la confianza entre los integrantes
de la sociedad y de cada uno de éstos en su mundo social. El quebrantamiento de
la autoconfianza de la sociedad en sus capacidades para gestionar de forma autónoma
y soberana su vida común. La pérdida del
autorespeto tanto como individuos particulares así como sociedad. Una
incapacidad de poder atribuir valoración positiva a nuestras capacidades
individuales y colectivas. Perdida de la autoestima personal y social que favorece
el sometimiento neocolonial.
La sociedad ecuatoriana está en serio riesgo de perder la confianza en
sí misma, después de una década de menosprecio estatal sistemático impulsado por el gobierno de la
mal llamada “Revolución Ciudadana”. El candidato de PAIS que quiere presentar
un rostro amigable debería responder a su silencio cómplice con esta política perversa.
Por nuestra parte como
sociedad, tenemos que impulsar la resistencia y la lucha por exigir se nos reconozca como
personas, como sujetos de derechos y con valoración social afirmativa.
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