La magia perversa de la publicidad política
Una
de las características del gobierno
de la “Revolución Ciudadana”
ha sido su enorme aparto de publicidad política. Desde que asumió la administración
política del Estado, Alianza
País puso en marcha una
estrategia publicitaria para vender la
imagen de su gobierno, estrategia que es, sin lugar a dudas, el esqueleto
fundamental del Régimen
correísta. Como cualquier
producto que tienen que realizarse en el
mercado, el correísmo
ha sido durante estos 9 años,
día tras día, publicitado como el “mejor”
gobierno que ha tenido el Ecuador desde su nacimiento como República. Todos los manuales de marketing recomiendan que detrás de cualquier imagen publicitaria, el único mensaje que tienen que llegar al consumidor, para que
la mercancía sea comprada, es la idea: "es la
mejor”.
Así, el mensaje que todo el país ha recibido durante estos 9 años no es otro que “El gobierno de Alianza País es el mejor de toda la historia del
Ecuador”,
no importa si violan la Constitución;
si golpean los derechos de los trabajadores; si debilitan la seguridad social;
si endeudan al país
como nunca antes; si amplían la frontera extractiva y con ello afecta la
vida de comunidades y pueblos indígenas,
afros y montubios; si explotan petróleo en el Parque Nacional Yasuní y con ello destruyen la biodiversidad y la vida de los
pueblos libres; si elaboran leyes con las que limitan los derechos ciudadanos
como la Ley de Comunicación,
el COIP, etc.; si excluyen de la educación superior a cientos de jóvenes ecuatorianos a nombre de una excelencia que sus
funcionarios no la tienen; si empeñan la mitad de la reserva de oro nacional y ponen en riesgo
la economía del país; no importa si negocian con el FMI acogiendo sus condicionamientos,
a pesar de que juraron que nunca lo haría. Simplemente no importa que su real política gubernamental haya sido claramente antipopular,
autoritaria, excluyente, despilfarradora de
los bienes sociales, mientras tengan un aparato publicitario que convierta
todo lo que hacen en “lo
mejor”, basta y sobra para
sus intereses políticos.
Al
igual que la más perversa publicidad
mercantil de productos de consumo masivo, que muchas veces son dañinos incluso para la salud de las personas y sin embargo los venden como lo mejor para el
consumidor; la publicidad gubernamental del correísmo ha vendido a su gobierno
y específicamente a su
caudillo como el mejor presidente del Ecuador, aunque ciertamente es uno de los
más nocivos para la
vida social de los pueblos que habitan este territorio. En el contexto de este desastre social
provocado por el terremoto del 16 de abril, la ineptitud de los funcionarios
gubernamentales para enfrentar la crisis no pudo ser más evidente. Pese a esto la propaganda del régimen ha presentado ante la mirada nacional e internacional
una ficción mediática que vuelve una vez más a vender su producto como “lo mejor”.
Ningún otro gobierno ha enfrentado una crisis
social tan bien como el correísmo afirman sus spots publicitarios, sin importarles que a través de las redes sociales se pudo observar con nitidez su
incapacidad de dar respuesta a las demandas de los afectados; la ausencia de
organización para entregar a los
damnificados la ayuda que la sociedad civil gestionó de manera autónoma; la insensibilidad y descompostura de un
presidente que fue rebasado por una situación en la que debía
mostrar su liderazgo.
Como
en los enlatados de las comedias norteamericanos que tienen el recurso de risas
grabadas para hacer creer que la mala comedia es buena, en la publicidad
correísta tienen una especie de aplausos grabados, que cada vez que su
presidente habla o muestran las “acertadas” políticas
gubernamentales hay signos una aceptación como recurso interno de la publicidad. Estrategia propagandística que quiere
hacer creer que la ineptitud del gobierno es eficiencia.
La
mentira como estrategia de publicidad política no tiene otro fin que desinformar a los ciudadanos, y
sobre la base del desconocimiento sobre el estado real de la cosa pública manipular el ejercicio gubernamental y ejecutar políticas económicas que van en contra de los intereses de la mayoría de la población. La magia perversa de la publicidad política del Régimen quiere hoy convertir a un gobierno inepto en
el reconstructor del país posdesastre, a un caudillo descompuesto psíquica y emocionalmente en un estadista, a una economía claramente
neoliberal en una economía
solidaria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario