El capitalismo es
mafioso
El capitalismo actual se basa fundamentalmente en el
sistema financiero internacional. Esos megacapitales, que no tienen patria, que
responden sólo a la lógica del dinero fácil y rápido, se mueven en un espacio
de extraterritorialidad ajeno a leyes nacionales, a superintendencias
bancarias, a convenios internacionales. Ese espacio no controlado (igual que el
del negocio de las armas o de las drogas ilegales) –y que impone en muy buena
medida la marcha del mundo– es el de los llamados paraísos fiscales y la banca
offshore. (Colussi:2014)
Los documentos de Panamá destapan el secreto más
conocido por el mundo: que el capitalismo es un sistema absoluta y
fundamentalmente corrupto, en el cual los negocios sucios no son la excepción
sino la regla de la actual acumulación de capital.
El último proceso de globalización capitalista, cuya
emergencia se la puede situar aproximadamente en los años 70s del siglo pasado,
se caracteriza por el dominio de la especulación financiera como motor de la
acumulación de capital. La lógica de especulación financiera se fortalece al
tiempo que alimenta los negocios ilícitos como el tráfico de personas, órganos,
drogas, armas o sustracción indebida de recursos públicos y privados etc., ya que acumula y negocia con dinero sin
poner restricciones al origen del mismo. Como es obvio, los negocios ilícitos mueven
mucho más dinero que los lícitos, dinero sucio que es lavado y legalizado por la
especulación financiera. Así, en el
escenario actual de la acumulación, el capitalismo mafioso articulado a la
especulación financiera no es una realidad marginal, sino que cada vez ocupa el
núcleo central de la economía global.
Al tiempo que aumenta los montos de
dinero sucio que se lava, la especulación financiera se ensancha y con esto se
estimula aún más el capital criminal que termina siendo la esencia vital de la
reproducción de la economía capitalista globalizada.
“El capitalismo ha pasado a ser, lisa y llanamente, una mafia. La
corrupción sistemática ya no es una enfermedad del sistema, un cuerpo extraño
que lo ataca: es su dinámica cotidiana, lo que constituye y define su forma
actual.” (Colussi: 2014) Muy parecido a como actuaba el capitalismo en su
primera o primitiva expansión y acumulación,
es decir como empresa de conquista, el
capitalismo actual ya no es manejado y controlado en el marco de las
regulaciones del estado nacional, sino por las megacorporaciones financieras, secretamente
emparentadas con el crimen organización extendido por el planeta. Al igual que
las primeras empresas de conquista y colonización capitalista, el capitalismo
contemporáneo es cada vez más una mafia, corrupta y delincuencial que busca la
ganancia rápida y fácil que una empresa productiva.
La actual acumulación de capital, por lo tanto, no respeta ninguna norma,
ninguna regulación; la norma es violar las normas y valores que en un momento
pusieron límite a su voracidad.
Lo que se acaba de evidenciar con
el escándalo de los papeles de Panamá es el nuevo diseño corrupto del
movimiento económico mundial, que asegura el éxito de la acumulación y reproducción
de capital con prácticas que realmente poco tienen que ver con el orden empresarial
burgués de antaño, no así con el orden criminal. El proceso incierto de valorización
y por lo tanto de ganancia que caracteriza al capital productivo es superado
por la ganancia asegurada a cualquier
precio. No importa si para ganar hay que expropiar, despojar, expulsar violentamente a pueblos
y comunidades; no importa si hay que asesinar, torturar, esclavizar a seres
humanos; no importa si hay que traficar con personas, drogas, armas, órganos
humanos; no importa si hay que invadir naciones, provocar guerras, bombardear
ciudades, inventar epidemias, etc. Toda atrocidad a la vida queda justificada
por el crecimiento económico que no es más que acumulación desenfrenada de
capital.
El planeta ha sido convertido en
un territorio dividido no por las fronteras de los Estados Nacionales, sino por
los corredores de circulación de capitales mafioso, que se disputan las
ganancias de los negocios sucios más lucrativos. Un territorio controlado por el maridaje entre las
grandes corporaciones y multinacionales sobre todo financieras con el crimen organizado
de las mafias y las bandas delincuenciales.
Lo que revela los papeles de
Panamá es que a nivel macro no existe una economía legal diferente y
diferenciada de la economía ilegal, criminal y mafiosa. Jefes de Estado políticos, empresarios,
traficantes de armas, comerciantes de arte, dirigentes deportivos, futbolistas,
narcotraficantes, estrellas de cine, abogados, financistas, actores, políticos,
etc., son los ganadores de este
atraco a la riqueza social del planeta. En
el mismo fango de la empresas Offshore (Mossak Fonseca) y de bancos que venden
confidencialidad de las ganancias sucias o de evasión fiscal están presidentes
como Putin, Peña Nieto, Macri, los Kirchner, los primeros ministros de Islandia
y de Pakistán entre otros muchos; futbolistas como Lionel Messi, Iván Zamorano;
empresarios de medios de comunicación como Ricardo Salina Pliego de TV Azteca, Alfonso
de Angoitia Noriega de Televisa; actores como Jackie Chan o Directores como
Pedro Almodovar; empresarios del deporte
como Michel Platini; narcotraficantes como
Joaquín el Chapo Guzmán o el desaparecido Pablo Escobar; en el Ecuador políticos de alto nivel, nada menos que el Fiscal General de la Nación etc. La lista es largo,
pero lo único cierto es que políticos y empresarios de “alto” nivel están
enredados con grandes narcotraficante. Al final son parte de la misma economía
mafiosa y corrupta.
Así también, empresas legales como farmacéuticas, armamentos, cinematográficas,
televisoras, deportivas, despachos de abogados, bancos están obscenamente
enredadas con empresas criminales de narcotráfico, tráfico humano, contrabando,
desfalco fiscal, tráfico de diamantes, de obras de arte, etc. En definitiva, lo
que ha quedado evidenciado es una red de acumulación ilegal de capital basada
en evasión de impuestos, desfalco fiscal, tráfico ilícito que se
extiende por todo el planeta y se oculta en empresas “legales”.
Es importante señalar que si bien hay individuos corruptos, mafiosos, ladrones, criminales, hay principalmente una estructura económica mafiosa que se impone a la voluntad individual, y que no es más que el resultado de relaciones económica basadas en la explotación de los seres humanos y de la naturaleza que en su desarrollo histórico necesariamente iban a llegar a destrozar todo marco de legalidad, democracia y humanidad. Es, así, urgente para la vida humana superar la economía capitalista e ir hacia la construcción de un otro orden económico.
Referencias
Colussi, Marcelo (2014) El Capitalismo Mafioso
https://www.plazapublica.com.gt/content/el-capitalismo-mafioso
Me interesaría compartir con usted un artículo mío sobre lo que denomino el lumpenEstado o el Estado criminal. Ojalá pudiera escribir a mi correo electrónico r.dariocastroo02@ymail.com
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