La crisis de la tasa
de ganancia, la padecen los trabajadores en beneficio de los capitales
Después de una década de ganancia
por renta petrolera, la misma que en su gran parte fue a parar a manos del
capital financiero y comercial nacional e internacional, el país padece una vez
más la tendencia decreciente de la tasa
de ganancia, característica del capitalismo mundial, que en el ámbito de la producción petrolera ha hecho
que los precios de éste caigan y provoquen una fuerte contracción en la
capacidad adquisitiva de los individuos y del Estado Ecuatoriano.
Antes de seguir analizando esta conocida
crisis, es importante señalar que en las épocas de prosperidad económica, como
la que acabamos de pasar, las economías de los países pobres en crecimiento costea la compensación del
desequilibrio económico producido por la baja en la tasa de ganancia del
capital internacional. Esta compensación
se da por efecto de la transferencia de riqueza dada por el intercambio
desigual entre bienes altamente industrializados y los productos primarios como
el petróleo; por endeudamiento especulativo con la China y ventajas
excepcionales a la inversión extranjera en este último periodo principalmente a
la proveniente del capital Chino (hidroeléctricas, minería, infraestructura); y
por último, por las elevadas tasas de plusvalía derivadas de la explotación de
abundante mano de obra. Se entiende entonces que en estos 10 años de “crecimiento”
económico, el Ecuador al igual que el
resto de países de América latina compenso de alguna manera el desequilibrio: “Por la triple vía de producir materias primas
que abaratan el capital constante, utilizar salarios bajos que reducen el
capital variable y estabilizar formas de
expropiación laboral que elevan las tasas de plusvalía.” (Katz: 2004)
De vuelta a la actual crisis hay
que decir que la depreciación de los precios
del petróleo se explica por: ¡) las manipulaciones
de poder en la geopolítica mundial, ¡¡) las especulaciones
del capital financiero, y ¡¡¡) el cambio
en la composición orgánica del capital petrolero. Referida a la última causa,
es decir la elevación de la proporción entre el volumen de los medios de
producción y la cantidad de trabajo vivo, permite aumentar la extracción-producción
petrolera debido al incremento de nuevas tecnologías de extracción que podrían aumentar
las reservas recuperables mundiales de crudo en seis veces, a 10,2 billones de
barriles en el futuro próximo, según un nuevo informe.
Los llamados momentos o épocas de crisis económicas tienen lugar cuando
hay una caída en la tasa general de ganancia, que no necesariamente significa
la caída en la tasa de ganancia de las grandes corporaciones, en este caso del
petróleo, pues la rentabilidad de las grandes empresas garantiza la
supervivencia del sistema a pesar de la tendencia general de baja en la tasa de
ganancia de la economía capitalista. También es importante decir que si bien el
desequilibrio provocado por la tendencia decreciente de la tasa de ganancia se
origina en las economías centrales, pues allí aparece el exceso de capitalización
que caracteriza la sobre acumulación, es sentido con mayor fuerza en los países
de economías dependientes como el Ecuador
La crisis económica que afecta hoy al país es sin lugar a dudas transferida
desde el centro a la periferia, a través de un conjunto de mecanismos
comerciales, financieros e industriales como la caída de precios del petróleo,
la salida de capitales nacionales, las exigencias de pago de deuda externa que
hoy representan más extracción petrolera, y la contracción o ausencia de inversión
extranjera. (Cfr. Katz: 2004) Debido a
la globalización económica, que supone mayor integración de nuestra economía en condiciones de subordinación,
los efectos de la ley de baja en la tasa de ganancia es mucho mayor que en
épocas anteriores.
En el caso del Ecuador, las grandes empresas nacionales, muchas de ellas
ligadas a capital internacional, imponen los efectos de la caída en la tasa nacional de ganancia a las pequeñas y
medianas empresas, además de, y principalmente, a las actividades productivas
no capitalistas que siguen siendo, en volumen, muy importantes en el mundo
actual y particularmente en el Ecuador. (Cfr. Carcanholo: 2013)
Las crisis económicas del
sistema, muchas veces resultado directo o indirecto de una manifestación aguda
de la mencionada ley, tienen entre otras consecuencias la de imponer fuertes
pérdidas a los pequeños y medios inversionistas y a producir mayor
concentración y centralización del capital, al mismo tiempo que destruyen el
capital menos eficiente. De ese modo, la crisis, al producir mayor
concentración de capital, tienden a elevar el diferencial de tasas de ganancia
a favor del gran capital.
Desde esta perspectiva, las llamadas crisis de recesión no hacen sino
fortalecer la magnitud de la
transferencia de valor a las grandes empresas capitalistas. Es claro que los
que van a soportar la crisis de la baja de la tasa de ganancia por renta
petrolera no son las grandes empresas financieras y comerciales (Banco de
Guayaquil, Banco del Pichincha, La Favorita, el Juri, Nirsa, etc.) sino las
medianas y pequeñas empresas y sobre todo aquellas que componen la llamada
economía popular, familiar y campesina.
La afectación mayor de la baja en la tasa de ganancia de la renta
petrolera nacional va a ser para los trabajadores. Las grandes empresas
seguirán manteniendo aunque sea depreciado su patrimonio-valor, su propiedad
material o capital fijo (instalaciones físicas, máquinas, equipamiento) que no
es otra cosa que trabajo muerto acumulado. Este solo hecho le da ventaja y
dominio social sobre el trabajo vivo de masas de trabajadores, cuyo valor se
deprecia por la crisis. Eso y no otra cosa es lo que se expresa en políticas de
reducción de horas de trabajo que implican reducción de salarios. Los grandes
empresarios mantendrán la posesión de una cierta cantidad de dinero, dinero
crédito, dinero ficticio, además de la cantidad de dinero en que está valorado
su patrimonio físico con la que pueden aún comprar trabajo. El trabajo por su
parte, al haber sido depreciado por la crisis será comprado bajo su valor real y
de esta manera el capital retomará otro
ciclo de explotación vía plusvalía absoluta, gracias a la depreciación salarial.
De esta manera los y las trabajadoras se quedan sin los
medios de subsistencia que representa un salario deprimido o ausente.
Se puede decir que la transferencia de la crisis de la tendencia
decreciente de la tasa de ganancia de la economía mundial hacia los países
pequeños y empobrecidos se da básicamente por la baja en el precio de las
materias primas, la salida de la inversión extranjera y el grado de
endeudamiento externo con alto interés. Es lo que hemos empezado a vivir en este nuevo ciclo de crisis, la caída
estrepitosa del precio de las materias primas principalmente el petróleo,
ausencia casi total de inversión extranjera y una deuda externa en crecimiento con
altas tasas de interés. Esto quiere
decir que la evolución de la tasa de ganancia nacional de países como el Ecuador depende del papel complementario
de proveedor y mercado de ciertos bienes de consumo que cumple como economía periférica
para el capitalismo central, sea norteamericano o chino. De lo que se trata es que estos países no
tienen procesos propios de acumulación, por lo cual las crisis de
sobreacumulación de capital central son en las periferias crisis de
subacumulación estructural, que los empobrece más cada ciclo de la crisis del
desequilibrio producido por la tendencia decreciente de la tasa de ganancia. Esto explica porque la crisis de la economía
capitalista en el capitalismo periférico implica mayor devastación de las
economías de los países dependientes y dentro de ellas de los trabajadores.
La contracción del capital nacional, sobre todo del mediano y el pequeño y la consecuente depreciación
del salario de los trabajadores en los
países empobrecidos, que se empobrecen más con la misma, supone la contracción
de la capacidad adquisitiva nacional y su consecuente limitación y fragilidad
del mercado interno. Lo cierto es que al
igual que en la pasada época neoliberal, la crisis de la baja en la tasa de
ganancia implicará nuevamente que la tasa de plusvalía se incremente y el
capital variable o trabajo se abarate y con
ello se agudice la explotación laboral y aumente la ganancia del capital. Volverán quizá las
privatizaciones con lo cual se buscará “’limpiar
capitales’ liquidando o reorganizando las empresas estatales no rentables y
traspasando sus ramas lucrativas al sector privado.” (Katz: 2004) como ya
lo está haciendo Macri en Argentina y como de hecho el correísmo ya empezó a hacerlo
y lo continuarán haciendo, sean ellos mismos o la derecha remozada.
Lo cierto es que parece que la actual baja tendencial en la tasa de ganancia,
ligada sobre todo a la producción-extracción de materias primas, puede ser el
indicador de que una nueva fase del capitalismo ha iniciado. Nueva fase en
la que los países periféricos como el
Ecuador receptores de la crisis, a través de políticas estatales, pasaran la
misma a las economías pequeñas y sobre todo a los trabajadores, quienes con cada
crisis son más empobrecidos. “La
¨penuria de fuerza de trabajo¨ es incluso un inconveniente de menor relevancia
para la reproducción del capital, porque la propia dinámica del ciclo tiende a
regular la oferta y la demanda laboral, coyunturalmente a través del ejército
de desocupados y estructuralmente por medio de los movimientos migratorios.”
(Katz: 2004)
¿Qué tienen que ver en esta
lógica estructural de la economía capitalista el correísmo?, absolutamente
nada. Sin embargo entendiendo que se autoproclamó un gobierno de izquierda se
esperaba que entienda la contradicción del sistema y las nefastas consecuencias
para nuestro país y tome las medidas económicas para proteger a la sociedad ecuatoriana
y principalmente a la economía popular y a los y la trabajadores. Sin embargo, se entregó
de pies y manos al capital internacional afirmando la economía primario
exportadora, el extractivismo y devastando la economía popular y campesina que
ha sostenido a este país por toda su historia. De esta manera deja tendida la
mesa para que los grupos de poder económico hagan su agosto a nombre de la
crisis.
Referencias Bibliográfica
Carcanholo, Reinaldo. (2013) La ley de la baja tendencial de la tasa de
ganancia
Katz, Claudio. (2004) Una interpretación contemporánea de la ley
de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia.
Reconociendo la completa validez de tu análisis, mucho me agradaría conocer tu opinión sobre la tesis ¿Por qué hoy no es posible la revolución?, que plantea el filósofo coreano-alemán Byung-Chun Han, resumida en el artículo de Eva Vásquez que encontré en la siguiente dirección electrónica: http://elpais.com/elpais/2014/09/22/opinion/1411396771_691913.html
ResponderEliminarBuen día Sergio, tengo mi propias ideas sobre esa tesis, pero antes voy a leer el texto que recomiendas y luego te comento.
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