lunes, 1 de febrero de 2016

El perverso racismo de las élites




A propósito de los sucedido el día 28 de este mes en la sede de Pachakutik, cuando dirigentes de la CONAIE acompañados de varios compañeros de las bases impidieron que se dé la reunión de la “unidad” opositora al correismo, en razón de que ésta no es posible sino con grupos afines y no con la vieja derecha remozada, responsable histórica de las inequidades e injusticias sufridas por los pueblos del Ecuador, es necesario y ético responder a los juicios racistas que se han emitido ante este hecho.
1.                  Es indispensable dejar claro que el correismo es responsable de la crisis económica que afronta el país, debido a su política entregada a los interés de grupos de poder nacional y transnacional y también a su incapacidad de manejar la riqueza social; es responsable de la crisis política por la dirección autoritaria, represiva y antidemocrática en la administración del Estado; es responsable de la crisis ética por los escándalos de corrupción gubernamental de estos 9 años y por el cinismo en afrontarlos, así como por su deshonestidad con el pueblo que lo apoyó; es responsable de la crisis ideológica por la enorme confusión que han provocado al manipular y utilizar el discurso y la simbología de la izquierda, de la lucha social y del movimiento indígena a favor de su proyecto de derecha.

2.                  Ahora bien, la necesidad de enfrentar al correismo por la deploraba situación en la que ha hundido al país, que además revela su continuidad con la política de la vieja derecha que ha gobernado este país, no justifica de ninguna manera que los movimiento sociales y particularmente el movimiento indígena tengan que ir en unidad con la derecha que los ha oprimido, explotado y excluido durante la historia de dominación colonial y capitalista. 

La explotación económica, la exclusión social y la opresión cultural que han padecido los pueblos indígenas, los  campesinos, los obreros, las mujeres, las otredades en general durante la historia de esta sociedad, se debe a la ideología de dominación colonial y capitalista implementada por la derecha que ha gobernado este país en complicidad con el capital internacional. Ideología que se ha objetivado en relaciones e instituciones de dominación que han despojado y oprimido a los pueblos ancestrales e históricos que cohabitan en este territorio.  Así, la dominación no se inscribe solo en el periodo correista, sino que viene desde la época colonial y ha continuado en la republicana gracias a los grupos de la derecha o a grupos serviles a la misma.

Esta historia de dominación ha sido resistida con la lucha permanente de los pueblos, y en las últimas tres décadas principalmente con la lucha y dirección política del movimiento indígena y de su organización la CONAIE. El proyecto de emancipación de los pueblos es radicalmente contrario a los intereses de los grupos de poder, es decir la derecha. Lo que los pueblos exigen es acceso equitativo a la tierra, al agua, a la producción, pues ellos son los que han trabajado para sostener esta sociedad. Es decir, los pueblos demandan la desconcentración, desprivatización, desacumulación, justamente lo que la derecha ha evitado porque afecta sus privilegios y sus negocios de clase.  Estas demandas por obvias razones se oponen a los tratados de libre comercio, en los que el correato y la vieja derecha coinciden y por lo tanto en rigor están juntos. Los pueblos demandan terminar definitivamente con la política extractiva que devasta la naturaleza, sus territorios y su vida social y cultural que en ellos acontece; al contrario el correato y la vieja derecha se juntan en su visión de producción destructiva de la vida con sus negocios petroleros, mineros, agro tóxicos, transgénicos, etc. Los pueblos demandas salarios justos y equitativos que vayan acabando con la explotación del trabajo y el correato lo que ha hecho en lo laboral es beneficiar a muchos grupos empresariales nacionales unos y transnacionales otros. De hecho, uno de los grupos más beneficiados económicamente es el financiero y dentro del, el Banco de Guayaquil. Ciertamente como dice Correa, Lasso debería ponerse la camiseta de PAIS porque ha sido uno de los mayores favorecidos por el gobierno correista. Deberían juntarse.

En definitiva si se piensa desde el plano económico, los pueblos pelean por romper las relaciones de acumulación capitalista que enriquecen a la derecha, en tanto que expresión ideológica del poder económico, sobre  la base de la explotación, expropiación y devastación de la vida social, cultural y natural.

A nivel social, los pueblos  históricamente excluidos demanda acceso a la salud no para ser mejor explotados, sino para mejor vivir; el acceso a la educación no para convertirlos en siervos sino para ser pueblos libres; la aceptación y el acceso a sus diferencias culturales; acceso a la vida política con soberanía y equidad cultural, es decir radicalizar la democracia participativa y directa en el marco de una organización política e institucional pluricultural y plurinacional; el respeto irrestricto a sus derechos humanos individuales y colectivos. Es decir demanda democracia real.

Es cierto que en el correato, por su patrón autoritario de gobierno, han sido limitados muchos derechos civiles como la libertad de prensa, expresión, comunicación, opinión, asociación que han afectado no solo a los pueblos, sino a muchos sectores ciudadanos e incluso a algunos sectores de la derecha. Pero también es cierto que los juicios por terrorismo y sabotaje, la persecución, el chantaje, la cárcel etc., lo han sufrido principalmente los dirigentes de los pueblos y las organizaciones sociales, que han sido los que se mantienen permanentemente movilizados y resistiendo por la defensa de la vida.  Es también cierto y no podemos olvidar que muchos de los líderes de la derecha, sino todos, que hoy reclaman la unidad en contra del correismo, cuando fueron gobierno persiguieron, encarcelaron, torturaron, asesinaron a los dirigentes sociales que luchaban contra su dominación de turno, como sucedió en la época del socialcristianismo. Cómo pretenden ahora que las víctimas se pongan a su lado como si nada hubiese sucedido, eso sería perder la dignidad humana.  Tan autoritario y represivo es el correismo como fue la vieja derecha que hoy pone rostro humano, si de represión contra el pueblo se trata debería juntarse, que son realmente próximos.  No se diga ciertas figuras que hasta hace muy poco estuvieron en el correato apoyando su política autoritaria, aprobando leyes represivas, acabando con la seguridad social, etc. Hoy cuando el proyecto que tanto apoyaron entra en declive salen de inmediato y cínica y oportunistamente se ponen del “otro” lado y quieren que los pueblos y los movimientos sociales que sufrieron su represión les abran los brazos y se junten a ellos. Si no tienen sensatez ideológica y ética al menos debería tener vergüenza. 

3.                  Sin siquiera hacer un poco de memoria, algunos sectores de la sociedad se hacen eco del “reclamo” de la derecha de que “los indios” le están haciendo el juego al correismo por no aceptar una unidad”, la misma que no tiene ninguna razón ni ética ni histórica ni ideológica.   Que curioso,  que cuando los mismos pueblos ancestrales se movilizaban en contra de las políticas autoritarias del correismo, éste salía a decir lo mismo: “los “indios” le hacen el juego a la derecha”.  Es realmente obsceno el racismo de las élites de este país, son tan reaccionarias que repiten esa concepción ideológica nefasta del colonialismo más perverso, que acusaba a los pueblos ancestrales de ser los responsables del “retraso de la patria”, “del subdesarrollo”, por ser “primitivos”, “infantiles”, “manipulables” y tantas otras obscenas ideas de derecha que raya en el fascismo.  En su visión racista también se parecen tanto que ya están juntos

Expresan sorprendidos “el bochornoso” acontecimiento sucedido en la sede de Pachakutik, y no parece que entienden que Pachakutik se debe a la dirección política de la CONAIE y ésta al movimiento indígena. No han criticado tanto que Correa decide a espaldas de la ciudadanía? lo cual es cierto, pero la vieja derecha como es obvio también ha gobernado siempre a espaldas del pueblo. Por qué se sorprenden que la CONAIE exija a la dirección de Pachakutik que no tome decisiones a espaldas del movimiento. Es correcto que la dirigencia indígena interpele a Pachakutik por su imperdonable equivocación, es política, ética e ideológicamente coherente. Además es correcto también que lo hagan públicamentente, que expongan sus diferencias a la sociedad y no lo hagan escondidos, como el correato y la derecha lo hacen encerrados en sus despachos, hasta que ya no lo pueden ocultar.  

Parece que la oposición de derecha quiere repetir la confusión ideológica del correismo, en la cual bajo la figura del caudillo se han juntado izquierda y derecha correista,  pero donde obviamente ha gobernado la derecha. O acaso quieren nuevamente utilizar la lucha de los pueblos para llegar al gobierno y gobernar para defender sus intereses, igual que lo hizo el correismo y el gutierrismo? Actúan tan parecido que debería juntarse.

No, no es correcto que los pueblos que lucha en contra de la dominación y por su liberación se una a los dominadores.  

Que la derecha emprenda la lucha anticorreista que considere, aunque ciertamente coinciden tanto que muy probablemente terminen juntos.

4.                  Por último, interpelo a la sociedad que por nuestra dignidad como seres humanos  rechacemos el racismo de las élites políticas, así como ha rechazado el racismo correista. Personalmente doy las gracias a la lucha de los pueblos, y particularmente de los pueblos ancestrales, pues los avances que esta sociedad ha tenido en equidad, justicia y respeto a los derechos humanos no ha sido ni por la derecha que hoy quiere poner rostro humano ni por el correismo cómplice de la historia de dominación, sino por la resistencia digna de los trabajadores, de las mujeres, de los ecologistas, de los estudiantes, de las otredades sexogenéricas, de los campesinos y principalmente de los pueblos ancestrales.



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