lunes, 1 de febrero de 2016

La insensatez de los tecnócratas en el poder  



La última semana de enero, la sociedad ha sido testigo de la arremetida que el gobierno correista ha hecho en contra la Universidad Andina Simón Bolívar. Muchos analistas y la misma comunidad universitaria de la Andina han expuestos los argumentos legales, políticos y éticos de la legitimidad de la elección del nuevo Rector de la institución Dr. Cesar Montaño y por lo tanto de la arbitrariedad  autoritaria del gobierno. Sin embargo de lo cual el gobierno mantiene su posición no solo arbitraria sino necia en relación a la Universidad.

La pregunta que surge es ¿por qué? Y ciertamente no hay una sola respuesta de esta actitud tan necia. Me permito dar algunas de las posibles razones, si así se las puede llamar, de semejante obcecación gubernamental.
     
1.                  La primera y la más evidente es que las personas que dirigen el gobierno, comenzando por el primer funcionario, no tiene capacidad de raciocinio para comprender que hay algo que se llama legitimidad y que es infinitamente superior a leyes y más aún a las absurdas forjadas a conveniencia de los grupos de poder. Son incapaces de comprender que las leyes deben sostenerse en la legitimidad que les otorga la sociedad en su ejercicio democrático. El Dr. Montaño tienen el respaldo de la comunidad universitaria de la Andina, lo cual evidencia la legitimidad de su nombramiento más allá de cualquier manipulación politiquera y leguleyada con beneficio de inventario.

Si nos remitimos a la norma que tanto reclama el gobierno que ha sido violada, no se entiende como no sea válido el título que la universidad da a uno de sus estudiantes, como habilitante para ejercer un cargo en ella. De plano es como decir, los títulos de esta universidad no valen para ejercer la profesión en ésta, entonces uno se pregunta ¿para qué dan títulos? Seguramente dirán que por la precariedad e irregularidades de algunas universidades que fueron intervenidas, los títulos son puestos en duda.  Sin embargo el que algunas universidades tengan irregularidades no puede ser el criterio  para establecer semejante ley, y menos en una Universidad que es reconocida nacional e internacionalmente por su calidad  académica.

O quizá estén actuando sobre su propia autovaloración profesional. Es obvio que personas que actúa de esta forma tan irracional no solo que no podría ser rectores de ninguna universidad, sino peor aún autoridades gubernamentales.  Es claro que estos funcionarios públicos pasaron por la universidad pero ella no paso por ellos, más aún parece que no lograron entender la elemental lógica del convivir social.  

2.                  La segunda tienen que ver con el poder en su ejercicio más irracional y por lo tanto obsceno.  El correismo ha implementado en estos 9 años un ejercicio autoritario en el manejo del poder estatal. Se ha construido leyes que claramente buscan el control autoritario de la sociedad, no solo de aquellos sectores que legítimamente resisten a la política gubernamental por considerar que afectan sus derechos humanos, sino de la sociedad en general. Una muestra clara de lo que se anota es la  Ley de Comunicación en sus artículos de control y sanción a la expresión, opinión y pensamiento no solo de los medios, sino y fundamentalmente de los ciudadanos; el nuevo Código Integral Penal en el cual, solo para poner dos ejemplo, se criminaliza el derecho de la mujer para decidir sobre su vida en lo que tiene que ver con el aborto, así como el derecho a la protesta social; la Ley de Universidades con la que prácticamente acaban con la autonomía universitaria y que hoy con claridad lo vemos en la ilegítima intervención a la UASB.

El gobierno no sabe sino gobernar con el más irracional autoritarismo de herencia monárquica, totalitaria y fascista,  que niega los principios de la democracia en su sentido más restringido, los principios de la ética de la buena convivencia y los principios humanos básicos para poder garantizar la misma existencia social. Lo único que  les importa es hacer cumplir la ley a raja tabla sin criterio histórico y social,  sin juicio crítico, sin razón. La ley por la ley que solo afirma el poder de dominación y la pequeñez humana del dominador. Estos tecnócratas que nos gobiernan, algunos de ellos graduados en el extranjero, parece que se quedaron en la época de las enseñanzas que Nicolás Maquiavelo le daba al príncipe.  No se dan cuenta que ya ha pasado más de medio milenio  de que este texto fue escrito, y ya han habido cientos de debates políticos que lo han superado, no solo por las transformaciones históricas, sino por el avance en los procesos democráticos. Tampoco se dan cuenta que no son príncipes.

3.                  La tercera respuesta quizá es que quieren poner un rector correista para ocupar una institución superior más, que se sume a la lista de las que se han apropiado y de las que han creado.  El asunto es para qué, por un compromiso académico autónomo y serio no es, pues se conoce como han manejado las universidades directamente a su cargo y se conoce que éstas no van para atrás ni para adelante, lo que muestra su incapacidad para dirigir centros de educación superior,  centros de pensamiento. De hecho, el correismo es un muy buen ejemplo, aunque un poco caricaturesco, de lo que Herbert Marcuse denominaba pensamiento unidimensional, que obviamente es un pensamiento menos que débil.  Pero al final los argumentos académicos no interesan cuando se trata de conseguir un lugar donde ir a exiliarse con privilegios.
     
4.                  Por último, la cuarta  respuesta posible es el también el irracional capricho del caudillo.   En su ya demasiada conocida e irracional manera de actuar, el primer funcionario dijo: “Esta universidad, si no cumple la ley ecuatoriana, se va del país, salgan a las calles quienes salgan; yo prefiero perder mi cargo a permitir este insulto al pueblo ecuatoriano”.  Para cualquier mente sensata, esta frase no expresa sino otra  de las tantas rabietas presidenciales, con la que busca chantajear a sus subalternos para que cumplan con su capricho de caudillo.  


Lo cierto es que independientemente del motivo por el que el gobierno quiere tomarse arbitrariamente  la UASB, ante semejante sinrazón de 9 años solo queda decir, parafraseando a Víctor Hugo, que un infierno inteligente sería mejor que el estúpido paraíso que A.P nos quiere vender como revolución. ” Y a su máximo líder se le debería decir, como dice un gran amigo,  no es obligación hablar. Y por último, los actos de muchos funcionarios de este gobierno nos llevan a reflexionar sobre el principio de Hanlon: “Nunca atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez” 

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