En época electoral es necesario hacer un poco de memoria
La semana pasada tuvo lugar una reunión de colectivos de mujeres cercanos al Régimen que han decidido conformar
una plataforma con el fin de proponer la
equidad de género en la designación de candidatos, en la perspectiva de, según dicen: “ se las incluya como principales en las
listas de asambleístas nacionales y provinciales que elaborará Alianza PAIS
(AP), de cara a los comicios de febrero de 2017.”
En las últimas elecciones presidenciales, como es de conocimiento, el
movimiento Alianza País ganó con un binomio conformado por dos hombres
guayaquileños, decisión que mostraba a todas luces una visión machista y
regional absolutamente nítida. En aquella época nada dijeron las mujeres de
PAIS sobre el sesgo patriarcal de su propuesta electoral. Obviamente ganaron
las elecciones, no solo por el caudillismo presidencial reinante, sino por la
cultura política machista que lo acompaña y que lograron imponer en el país.
Como era de suponer, con el triunfo electoral de los machos guayaquileños,
tanto dentro del movimiento PAIS como fuera de él, la dominación masculina
patriarcal se profundizaría y ampliaría como característica del ejercicio
político gubernamental.
En el mes de Octubre del mismo
año 2013 del triunfo del binomio masculino guayaco, en el marco de la discusión
sobre la despenalización del aborto por violación, el macho
alfa, ante la propuesta de cinco de sus legisladoras de votar la ley por
artículos, les acuso de
traición. Como todo perfecto macho que
no admite que las mujeres, peor las que él absurdamente considera sus mujeres,
lo contradigan, el Presidente se sintió
traicionado y amenazó con renunciar a su
cargo si sus asambleístas aprobaban la despenalización del aborto. Típico: el macho que al sentirse traicionado
porque la mujer no cumple sus órdenes, amenaza
con abandonarla; inconfundible chantaje emocional que busca fortalecer la dominación masculina en
base a manipular emocionalmente en la
mujer la idea de que sin él, ella no
puede sola. Si esta vieja estrategia de dominación funciona, el resultado en una mayor sumisión femenina.
Al día siguiente, una de las asambleístas
traidoras dijo al macho
alfa: "Con el inmenso cariño que te tenemos, te decimos que esta vez
te estás equivocando. Pero por la unidad de esta bancada, por la unidad de mis
100 compañeros asambleístas, retiro mi moción para que este bloque no tenga la
posibilidad de evidenciar una ruptura"
Típica respuesta de una mujer sumisa
y amedrentada: aunque sé que me estas
violentado por la unidad de nuestro matrimonio y el bien de los hijos me someto
a tu voluntad. Y como es obvio ante el sometimiento femenino, el macho se
cree más poderoso y al contrario de lo que la ilusa mujer cree: que se va a
poner condescendiente, éste ratifica su poder imponiéndole castigos por su
desobediencia.
Tal cual un macho, el presidente respondió afirmando su poder y su
enfado: "no se trata de hablar bonito ante las cámaras y de decir te
queremos mucho compañero presidente, los traidores, tus parientes están en
Miami, hay que ser consistentes, esto se
había discutido, había consenso y utilizar esta maniobra con el afán personal
es inadmisible". Así, en su
condición de macho alfa de A.P. pidió a la
Comisión de disciplina de su movimiento que se revise la
conducta del grupo de asambleístas que apoyó la moción planteada por la
legisladora desleal. Como era de esperar el castigo llegó de inmediato. Tres de las cinco asambleístas consideradas
por el macho traidoras fueron suspendidas por un mes en sus derechos como
miembros adherentes al movimiento y condenadas a dejar sus funciones y al
silencio.
El poder patriarcal ventilado públicamente y aceptado por las víctimas
de la manera más indigna se expuso ante el país como la más perversa pedagogía de
la dominación masculina. Como si esto no fuese suficiente, otra de las asambleísta
terminó reivindicando con gran orgullo su sumisión ante el poder del macho alfa
con la indigna y absurda frase: Seré
sumisa una y mil veces cuando se trate de luchar y reivindicar los derechos de
la mujer.
Después de este cínico y vergonzoso exhibicionismo machista de Alianza
País, en el cual definitivamente el papel más obsceno lo actuaron las asambleístas,
pues que el macho haga gala de su machismo es la perversa y detestable normalidad de su condición de poder, pero que
las mujeres exhiban sin pudor su sometimiento a la dominación masculina es imperdonable para todo ser humano digno.
Ahora, frente a un nuevo proceso electoral, los colectivos de mujeres de
Alianza País, dirigidos por las protagonistas del vergonzoso acto de sumisión
al macho maltratador, dicen al país que
están luchando por la equidad de género en la designación de candidaturas de su
Movimiento, y reclaman que el binomio del candidato a la presidencia sea una mujer.
Después del papel tan indigno que cumplieron estos 10 años de correato
debería saber que no importa si llegan a ser candidatas a la presidencia
o incluso presidentas, pues quedó más que clara su execrable vocación de mujeres sumisas al poder
patriarcal. De seguro que como presidentas del país sería sumisas al patriacrcado político del Estado y del mercado. Ni el papel de sabio
de libro de autoayuda del ex vicepresidente,
ni el supuesto feminismo de las asambleístas
sumisas puede borrar estos 10 años de violencia machista, expresadas y ejecutada por el presidente y su actual vicepresidente, de la cual ellas también son responsables.
Las mujeres dignas no buscan encaramarse en el pode patriarcal para
sostenerlo sea jugando a ser machos ni sometiéndose a ellos con disciplina política, buscan cambiar las relaciones de dominación masculina para libertar
tanto a mujeres y hombres de la violencia patriarcal subsidiaria fundamental del capitalismo depredador.
No queremos mujeres machista ocultándose detrás un falso feminismo.
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