La democracia
de las empresas
En el Ecuador, gracias a
investigaciones periodísticas, se han hecho públicos documentos que confirman
la financiación de las campañas electorales de A.P. de los años 2013 y 2017,
por varias empresas nacionales e internacionales. Revelación que no sorprende,
pues la asociación comercial entre gobiernos y empresas estaba clara, solo
faltaban los documentos que la confirmen.
Es importante entender que lo que se
revela con estas evidencias va mucho más allá de un comportamiento inmoral de
funcionarios estatales, sin con esto querer decir que no haya en ellos una
actitud ética absolutamente censurable. Si
no llevamos el análisis al nivel estructural de la corrupción política,
seguiremos sosteniendo el saqueo institucionalizado en el Estado y la Democracia
liberal y, por lo tanto, seremos cómplice de nuestra miseria como sociedad.
La corrupción revelada muestra una estructural
e histórica articulación económica entre las empresas y los gobiernos que
administran el Estado. La novedad actual es que esta asociación comercial se volvió
obscena y cínica. Sus artífices, tanto del lado de los grupos políticos como
del lado de los grupos económicos, no tienen el menor pudor para negociar con
la riqueza social y menos cuidar las formas que en otro momento ocultaba estas
negociaciones económico-políticas.
¿Qué implica esta asociación comercial
gobierno empresas?
Primero. La democracia liberal, democracia
representativa, está absolutamente tomada, colonizada, por los intereses
económicos empresariales. Al parecer no
queda un espacio de autonomía en la esfera política electoral, pues son las
empresas las que financian las campañas electorales y son ellas, al final,
quienes ponen gobiernos que están obligados a pagar su triunfo con la entrega
de la inversión estatal a los financista. Inversión estatal que además está
plagada de sobre precios y malas obras que aumentan el saqueo de la riqueza
social, el mismo que es proporcional a la ganancia empresarial. Obviamente, en
estos negocios también hay las propinas a los funcionarios públicos encargados
de las transacciones, que intentan conquistar miserablemente su sueño arribista
de ser parte del empresariado y obtener los privilegios de esos sectores.
Segundo. Si se acepta lo primero,
entonces, se entiende que no solo los gobiernos están tomados por las demandas
de las empresas, el mismo Estado está tomado por el capital. La vieja denuncia
que el marxismo hacia a la institución política burguesa, cuando planteaba que el
Estado, es una institución de clase que responde a los intereses de los capitalistas
en detrimento de los trabajadores, resulta ser absoluta y crudamente real.
Observemos como en estas últimas denuncias no solo es el gobierno el implicado
en estos negocios espurios, sino muchas otras instancias del Estado. La idea de
que el Estado es un espacio de confrontación y negociación de los distintos
intereses de la sociedad, resulta hoy una ilusión que solo busca mantener la fe
en dicha institución para perpetuar el saqueo.
Tercero. La democracia
representativa, expuesta como la mejor forma de organización política, que posibilita
una competencia electoral de los distintos grupos políticos que representan la
diversidad de intereses de la sociedad y que buscan llegar a la administración del
Estado por adhesión de la mayoría de los miembros de la sociedad a su proyecto
político, es hoy una retórica falsa. El proceso electoral tomado por los intereses
empresariales, financian a los grupos políticos que tienen las mejores
posibilidades de triunfo, no porque tengan un proyecto político que responda a
las demandas de la mayoría de la sociedad, sino porque pueden ser convertidos
en la mejor marca electoral gracias al financiamiento empresarial. En definitiva, los grupos políticos triunfadores
no representan a las mayorías sociales, ni siquiera representan a los sectores
empresariales, son funcionarios políticos de estos sectores. La representatividad
dejó de ser la característica de la democracia liberal, ahora su característica
es el manejo mercantil de las mercancías
políticas a las cuales apuestan, en la perspectiva de asegurar sus negocios.
Cuarto. La democracia representativa
es la democracia de los empresarios, por la cual asaltan el Estado y a través
de sus funcionarios gubernamentales saquean la riqueza de la sociedad para
aumentar sus capitales. Así, los funcionarios gubernamentales no responden en
absoluto a los intereses de la mayoría de la sociedad sino a sus jefes
empresariales. Ahora está claro cómo se eligen los ministros, cómo y a quiénes benefician
las leyes que se hacen, cómo y a quiénes
se dan los contratos de inversión estatal, etc., etc.
A partir de este breve análisis, en
importante que: a) Se pida sanción real
para todos los funcionarios públicos denunciados en estas negociaciones. b) Se recupere
el dinero que se robaron en sobornos. c) Se investigue y sancione a las
empresas financista implicadas y se recuperar de ellas también lo robado. d) Se
revise la legitimidad de los gobiernos que llegaron a la administración del
Estado a través de esta trama de corrupción y con ello se audite toda su
política económica. e) Pero sobre todo hay que pensar en desmontar esta corrupción
estructural de funcionamiento del Estado y de la democracia representativa.
Si el gobierno de Lenin Moreno también
llegó al Estado a través de estos negocios ilícitos, toda su política debe ser
auditada, sobre todo la carta de intención firmada con el FMI, pues queda la
duda de que esto es parte de los acuerdos a los que llegaron con los financistas
de su campaña.
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