miércoles, 5 de junio de 2019


La democracia de las empresas




En el Ecuador, gracias a investigaciones periodísticas, se han hecho públicos documentos que confirman la financiación de las campañas electorales de A.P. de los años 2013 y 2017, por varias empresas nacionales e internacionales. Revelación que no sorprende, pues la asociación comercial entre gobiernos y empresas estaba clara, solo faltaban los documentos que la confirmen.   

Es importante entender que lo que se revela con estas evidencias va mucho más allá de un comportamiento inmoral de funcionarios estatales, sin con esto querer decir que no haya en ellos una actitud ética absolutamente censurable.  Si no llevamos el análisis al nivel estructural de la corrupción política, seguiremos sosteniendo el saqueo institucionalizado en el Estado y la Democracia liberal y, por lo tanto, seremos cómplice de nuestra miseria como sociedad.


La corrupción revelada muestra una estructural e histórica articulación económica entre las empresas y los gobiernos que administran el Estado. La novedad actual es que esta asociación comercial se volvió obscena y cínica. Sus artífices, tanto del lado de los grupos políticos como del lado de los grupos económicos, no tienen el menor pudor para negociar con la riqueza social y menos cuidar las formas que en otro momento ocultaba estas negociaciones económico-políticas.
¿Qué implica esta asociación comercial gobierno empresas?

Primero. La democracia liberal, democracia representativa, está absolutamente tomada, colonizada, por los intereses económicos empresariales.  Al parecer no queda un espacio de autonomía en la esfera política electoral, pues son las empresas las que financian las campañas electorales y son ellas, al final, quienes ponen gobiernos que están obligados a pagar su triunfo con la entrega de la inversión estatal a los financista. Inversión estatal que además está plagada de sobre precios y malas obras que aumentan el saqueo de la riqueza social, el mismo que es proporcional a la ganancia empresarial. Obviamente, en estos negocios también hay las propinas a los funcionarios públicos encargados de las transacciones, que intentan conquistar miserablemente su sueño arribista de ser parte del empresariado y obtener los privilegios de esos sectores.  
  
Segundo. Si se acepta lo primero, entonces, se entiende que no solo los gobiernos están tomados por las demandas de las empresas, el mismo Estado está tomado por el capital. La vieja denuncia que el marxismo hacia a la institución política burguesa, cuando planteaba que el Estado, es una institución de clase que responde a los intereses de los capitalistas en detrimento de los trabajadores, resulta ser absoluta y crudamente real. Observemos como en estas últimas denuncias no solo es el gobierno el implicado en estos negocios espurios, sino muchas otras instancias del Estado. La idea de que el Estado es un espacio de confrontación y negociación de los distintos intereses de la sociedad, resulta hoy una ilusión que solo busca mantener la fe en dicha institución para perpetuar el saqueo.   

Tercero.   La democracia representativa, expuesta como la mejor forma de organización política, que posibilita una competencia electoral de los distintos grupos políticos que representan la diversidad de intereses de la sociedad y que buscan llegar a la administración del Estado por adhesión de la mayoría de los miembros de la sociedad a su proyecto político, es hoy una retórica falsa. El proceso electoral tomado por los intereses empresariales, financian a los grupos políticos que tienen las mejores posibilidades de triunfo, no porque tengan un proyecto político que responda a las demandas de la mayoría de la sociedad, sino porque pueden ser convertidos en la mejor marca electoral gracias al financiamiento empresarial.  En definitiva, los grupos políticos triunfadores no representan a las mayorías sociales, ni siquiera representan a los sectores empresariales, son funcionarios políticos de estos sectores. La representatividad dejó de ser la característica de la democracia liberal, ahora su característica es  el manejo mercantil de las mercancías políticas a las cuales apuestan, en la perspectiva de asegurar sus negocios.

Cuarto. La democracia representativa es la democracia de los empresarios, por la cual asaltan el Estado y a través de sus funcionarios gubernamentales saquean la riqueza de la sociedad para aumentar sus capitales. Así, los funcionarios gubernamentales no responden en absoluto a los intereses de la mayoría de la sociedad sino a sus jefes empresariales. Ahora está claro cómo se eligen los ministros, cómo y a quiénes benefician  las leyes que se hacen, cómo y a quiénes se dan los contratos de inversión estatal, etc., etc.
A partir de este breve análisis, en importante que: a) Se pida  sanción real para todos los funcionarios públicos denunciados en estas negociaciones. b) Se recupere el dinero que se robaron en sobornos. c) Se investigue y sancione a las empresas financista implicadas y se  recuperar de ellas también lo robado. d) Se revise la legitimidad de los gobiernos que llegaron a la administración del Estado a través de esta trama de corrupción y con ello se audite toda su política económica. e) Pero sobre todo hay que pensar en desmontar esta corrupción estructural de funcionamiento del Estado y de la democracia representativa.

Si el gobierno de Lenin Moreno también llegó al Estado a través de estos negocios ilícitos, toda su política debe ser auditada, sobre todo la carta de intención firmada con el FMI, pues queda la duda de que esto es parte de los acuerdos a los que llegaron con los financistas de su campaña.     


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