La perversidad de los gobiernos y su historia de nuca acabar
El ministro de economía, así como otros altos funcionarios gubernamentales,
representantes empresariales, analistas económicos liberales e incluso algunos
medios de comunicación justifican la eliminación del subsidio a la gasolina,
decretada por el gobierno, en nombre del principio redistributivo que reza: los que más tienen que más paguen y a
nombre del principio de “honestidad pública” de que sinceremos
las cuentas fiscales. Un discurso
marcado de referencias a la justicia social y al bienestar de los más
necesitados envuelve una política de ajuste económico,muy conocida por nuestros
pueblos y a la que combatimos en las décadas de los ochenta y noventa del siglo pasado.
Un coro diario “de expertos” que nos acompaña día a día a través de los
medios de comunicación interpelan a la sociedad para que acepte estas medidas económicas
tan justas, tan coherentes, tan necesarias para equilibrar la economía ecuatoriana. Con el uso de un
discurso tramposo han configurado al correismo como responsable de la crisis
económica que les lleva a tomar estas medidas. Aunque ciertamente el
gobierno de Correa es responsable de un periodo de saqueo de los recursos sociales,
tanto por la corrupción generalizada que
institucionalizó en el estado en su década de mal gobierno, así como por el despilfarro obsceno de capital en obras
muchas de ellas innecesarias, con sobre precio y además símbolos de su alienación
cultural, ahora es configurado con beneficio de inventario como chivo
expiatorio por el actual gobierno. Todo parece ser culpa del anterior gobierno,
así como en el gobierno de Correa todo era culpa de los gobiernos anteriores. De
esta forma, el gobierno actual de cualquier época se presenta como el gobierno del
pueblo, impoluto, correcto, bueno, etc. etc. y de esta manera justifica todas
las políticas que van en contra de los intereses de la mayoría de sectores y pueblos que integran
nuestra sociedad.
En esta historia de nuca acabar de gobiernos pasados en los cuales se
deposita toda la culpa por las medidas antipopulares que el gobierno en funciones toma, hay una verdad
histórica. Definitivamente la responsabilidad del deterioro de la vida social
es de los gobiernos que se suceden uno tras otro. Gobiernos que más allá del color de su movimiento
están sometidos a la razón de
Estado y por ella a la razón del capital. Esta verdad es la que la sociedad debe
conocer, es un ejercicio necesario de memoria histórica que nos dignifica. No
puede ser que por lo que ahora hace Moreno en contra de los intereses de los pueblos
olvidemos lo que hizo Correa cuando fue gobierno; no puede ser que por lo que
hizo Correa olvidemos lo que hicieron los gobiernos abiertamente neoliberales,
o hayamos por estos últimos olvidado lo que paso en las dictaduras. Así, podemos
ir hacia atrás y darnos cuenta que el problema no es de este gobierno o este
otro gobierno en particular, sino son todos ellos que gobiernan en función no de
la sociedad, sino de los intereses del Estado en su alianza y sometimiento a
las demandas del capital nacional, regional y mundial en sus distintos ciclos
de acumulación. El problema está en el sistema político-económico que rige
nuestra vida en común, ese es el que hay que desmontar, ahora aún más que vienen otra época electoral donde los hipnotistas de feria
empiezan a operar.
Para develar este discurso del poder, y alcanzar a mirar más allá de sus
temporales rostros, alcanza con establecer una secuencia de políticas
gubernamentales que se han registrado en estos últimos cuarenta años. La sucretización, las leyes troles, el feriado
bancario y la dolarización, la inversión corrupta, el nuevo ajuste, todos estos
hechos muestran que más allá de los colores y disputas entre grupos de poder
político, más que de poder económico, entre los gobiernos que han gobernado este país hay una continuidad estructural de saqueo de los bienes comunes de
la sociedad.
Ahora oímos a los responsables de la sucretización y del feriado bancario
dar directrices para salvar la economía
del país destruida por Correa y su gobierno. Hay que ser cara dura para salir
sin vergüenza alguna a proponer soluciones económicas cuando fueron ellos los responsables
de los peores saqueos a la riqueza social e incluso personal de los
ecuatorianos. Se esconden tras la figura de Correa, cosa que por supuesto
tienen que agradecerle, pues éste cumplió de lo mejor su papel de provocar
desmemoria en los pueblos, pues el atraco que perpetro ocultó el anterior. Muy
pronto cuando la política económica de Moreno empiece a provocar los estragos sociales
que obviamente va a promover vendrá nuevamente Corre y su grupo, como ahora lo
hacen los neoliberales del pasado, a salvar
la patria. Y así la historia de nunca acabar, que en cada ciclo es más
devastadora que en el anterior.
En medio de este círculo eterno del poder cabe hacer una pregunta en el
preciso momento actual, ante el discurso repetitivo y cínico de sus
funcionarios. Esta vez hay que dirigirle
al ministro Martínez y decirle: por qué no aplica su máxima de justicia, de que el que más tiene más pague, a las
grandes empresas económicas y le sube el impuesto a la renta para que muestre
que los que más ganan más contribuyan, al contrario de perdonarles la deuda por no pagar al fisco. O mejor aún, salgamos a las calles.
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