martes, 30 de enero de 2018

¿Quién traicionó a quién?
Los correístas y su argumento para la consulta

La traición al pueblo ecuatoriano es el argumento de los defensores del No, identificados con el ex mandatario, para sostener su posición en la consulta popular de este domingo 4 de febrero.
   

Hagamos memoria.
   
 Alianza País y su proyecto de la Revolución Ciudadana logran ser gobierno en el  2007 debido al apoyo mayoritario de todos los movimientos sociales y populares que lucharon y resistieron durante las dos décadas de neoliberalismo y que lograron poner un dique al avance salvaje de las políticas de ajuste estructural. Movilización social que permitió visibilizar  la corrupción y servilismo de las élites políticas y deslegitimar sus gobiernos serviles al neoliberalismo, y que abrió el espacio político para iniciar una posible transformación social, en función de las demandas   populares por mayor equidad y justicia. Las organizaciones y movimientos sociales pusieron en el proyecto de la Revolución Ciudadana todo el capital político conquistado en más de 20 años de lucha anti neoliberal.
   
Desde la represión en Dayuma en el 2007,  el gobierno de la Revolución Ciudadana en manos de Correa, empezó su estrategia de traición al mandato entregado por las organizaciones y movimientos sociales, expresado, más que en la Constitución del 2008, en sus luchas históricas en contra del capitalismo, el patriarcado y el colonialismo. La traición del gobierno de Correa al pueblo ecuatoriano se consolidó con la liquidación de la iniciativa Yasuní y la política estatal de criminalizar la protesta social. Con esta decisión quedó sellada la traición del correísmo al pueblo ecuatoriano y su sumisión a las demandas del capitalismo extractivo más devastador.  

No hace falta hacer la lista de todas las arbitrariedades e injusticias cometidas por el gobierno de Correa en contra de organizaciones indígenas, campesinas, de mujeres, de jóvenes, de trabajadores, de intelectuales y artistas críticos a su política, el país fue testigo directo de aquello. Estos ataques a los sectores sociales no se lo pueden explicar como resultado del carácter autoritario de Correa, responde a un proyecto de modernización conservadora del capitalismo en el país, que necesitaba de un gobierno autoritario para ser ejecutado. ¿Quién traicionó las demandas del pueblo ecuatoriano en contra del neoliberalismo y el extractivismo? No otros que los que hoy se ponen en el papel de la víctima traicionada por su compañero político.

Acusan “al traidor” de gobernar con la derecha, con el proyecto del banquero, de apoyar la restauración del pensamiento más retrógrado y conservador del país, de abandonar el proyecto revolucionario  de la Revolución Ciudadana, de querer adueñarse de todo el poder del Estado,  de corrupto, etc., etc., … Habría que preguntarles:  si no  fue traición que ellos y su gobierno correísta gobernaran durante una década con grupos de poder  económico nacionales, regionales e internacionales, sobre todo del eje asiático, con los que hicieron negocios y fortunas a nombre de la revolución? Si no consideran traición que los grupos que más ganaron en “su década ganada” fueron los de la banca y entre ellos el Banco de Guayaquil?  No fue traición al pueblo traer como discurso y política estatal los contenidos más racistas y machistas para defender la visión retrógrada y conservadora de su líder? Acaso no fue traición a la democracia representativa, no se diga a la participativa y directa concentrar todos los poderes del Estado en manos de Correa y sus arbitrariedad y atacar sistemáticamente a las organizaciones sociales? La trama de corrupción entre el Estado y las empresas capitalistas que institucionalizaron y cínicamente defendieron no es la peor traición y expoliación  al pueblo  y sus intereses?  Y, no es traición haber destruido el horizonte ideológico de la izquierda y su proyecto de trasformación social?

Hoy se quejan de que lo único que quiere “el traidor”  con la consulta es desmontar la “gloriosa  Revolución Ciudadana”.  No sé realmente lo que quiera el gobierno de Moreno, no está claro aún hacia dónde apuntan sus estrategias políticas y menos su política económica. Lo que está claro es que difícilmente se podrá desmontar la intención subjetiva funcional al capitalismo (competencia mercantil y consumismo) que la década correísta logro introducir en el país a través de su propaganda ideológica colonial, de su reforma educativa y de su política extractiva.


    

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