lunes, 27 de noviembre de 2017

De líder máximo a resto político  



De ser el caudillo del país, el máximo líder de su movimiento, el más querido de sus militantes, el macho alfa orgulloso de serlo, hoy no es más que un hombre lleno de angustia y desesperado por no ser nadie. Tan desesperado el pobre individuo que  comete errores políticos sin descanso, uno tras otro sus desatinos políticos y personales no solo le restan la popularidad que ya no tiene, y a la que le acostumbraron su Corte de funcionarios aduladores y serviles que lo acompañaron en sus años de gloria, sino que le hunden en una imagen obscenamente ridícula.

Los pocos incondicionales que le quedan, seguramente más que por cariño por complicidades del poder, que en un momento tuvieron, no hacen más que agrandar el ocaso vergonzante de su líder de barro. No parece que le haga bien al aludido que, después de ser aclamado por estadios llenos, por grandes auditorios (reales o no), hoy salga a un balcón anónimo de su ciudad natal y su auditorio sea literalmente de cuatro pelagatos, como él se acostumbró llamar a la disidencia política cuando era más que alguien. Que mal se debe sentir ya no estar en los balcones del palacio presidencial y conformarse con un balconcito pequeño en una calle cualquiera de Guayaquil, que mal se debe sentir tener a cuatro pelagatos portando banderas y ya no los Granaderos de Tarqui,  en el cambio de guardia que instauró todos los lunes para engrandecer su poder y con el engrandecerse el mismo. Pobre, que mal le hicieron sus aduladores que ahora sin poder son incapaces de llenar estadios para recibir al líder, colmar las calles con sus contramarchas para respaldar al líder, organizar las sabatinas para que su líder hable hasta el hartazgo. Pobre, que mal le debe hacer sentir que ya no es Presidente, ni líder, ni caudillo que simplemente es él.

Seguramente es muy difícil ya no poder ocultar tras la pantalla ideológica, blindada por el poder del Estado que regentaba, su humanidad empobrecida por su ambición de poder, por su narcisismo extremo, por su alienación cultural, por su arribismo social, por su machismo inocultable, por su conservadurismo trasnochado, por su servilismo al capital. Le debe ser muy difícil estar expuesto en su humanidad desnuda, sin protección ni ideológica (publicidad política) sin protección física (seguridad estatal), sobre todo cuando el país conoce sus oscuros  secretos muy bien guardados durante la década cínica de su gobierno. Ya no cuanta con la imagen de revolucionario que le fabricaron sus publicista  políticos. Sin esta imagen, la única que le queda es la construida por la  vergonzante trama de corrupción estatal que se tejió en su década de gobierno, por las decenas de denuncias de abuso sexual a menores que su Ministerio de Educación permitió, por las  decenas de mujeres  muertas y criminalizadas por su machista  Código Penal y su Ministerio de Salud,  por la ilegítima deuda externa que heredó a los Ecuatorianos  y con la cual hipotecó su futuro a los depredadores financieros. No solo que no es nadie, es cada vez más una figura abyecta para la sociedad ecuatoriana.  

Su vanidad le hizo creer que los adulos, las evocaciones, los doctorados  honoris causa, los regalos, los juicios a su favor, las indemnizaciones que se hizo pagar, etc., etc., se debía a que era él, Rafael Correa, y no el presidente-caudillo que concentró todo el poder político en su función. Pues, ahora, el pobre individuo, que tuvo que contratar un avión privado porque ya no cuenta con el presidencial, si su delirante ego le permite se enterará de la terrible verdad: que tanta gloria  no ha sido por ser él, sino por la función llena de poder que ocupó durante una década. Pero si su ego es más patológico que lo que se piensa quedará atrapado en su idea delirante, y quizás tenga que ser internado para que recupere la conciencia del principio de realidad. Que mal se debe sentir ser Rafael Correa.
            



2 comentarios:

  1. Buen analisis. Ojala lean los borregos.

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  2. Egos contra egos...egos que comparten por igual la función de ser dispòsitivos internos para, en función verborrágica, de lado y lado, confirmar al capitalismo, en nombre de un "patético activismo de izquierda o de un progresismo neopopulista" ....

    !Todos uds, izquierdosos y progresitas, finalmente son parte de la misma mierda!

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